Cuando
trabajamos la amistad y las emociones que nos llenan, siempre pensamos en el
corazón.
Pensamos
en aquellos sentimientos que llenan nuestros corazónes. Algunos son buenos, otros
no tanto.
Llenan
nuestro corazón y se distribuyen por nuestro cuerpo con cada latido.
Si
son los buenos, nos sentimos genial. Si son los malos, nos sentimos fatal.
Hemos
hecho un poder y nos hemos quedado con los buenos y lo hemos expresado a través
de palabras.
Palabras que nacen de nuestros corazones.
Primero
las hemos escrito en la pizarra, con una lluvia de ideas.
Las hemos repartido y las hemos escrito en
corazones,
que hemos recortado
y después hemos pegado en otro corazón aún mayor.
Estas
palabras nos van a ayudar a expresar mejor lo que sentimos y a ser un poquito
mejores cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario