He introducido un nuevo material en el aula. Se trata de un
cuenco tibetano. Había leído a cerca de la experiencia de otros compañeros
utilizándolo en sus aulas para relajar y hacer ver al alumnado la necesidad de
momentos de silencio.
Es ciertamente sorprendente el resultado que da.
Lo utilizamos en el aula para darnos cuenta de que hablamos
demasiado alto y debemos bajar el volumen.
También lo utilizamos en momentos en los que estamos agitados y
nos relajamos durante unos minutos.
Al alumnado le encanta y los resultados están siendo bastante
buenos.
Algunos afirman que cuando están en casa, en sus camas a punto
de dormir creen oírlo a lo lejos. A mí también me sucede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario